Durante la evaluación inicial por parte del Centro Educativo de las HHSS de los alumnos que voluntariamente colaboran en el proyecto, hemos podido apreciar que la percepción que el alumno tienen de sí mismo, en cuanto a su nivel de HHSS, a partir del informe de autovaloración cumplimentado por cada uno de ellos, parece diferir bastante del nivel real que revelan los resultados proporcionados por los test psicométricos a los que se han sometido.
Además, resulta bastante llamativo que, según los datos que aportan las evaluaciones iniciales de los alumnos, cuanto mayor sinceridad muestran los sometidos a la prueba, a la hora de dar respuesta a dichos test, las diferencias entre los resultados que ofrece la autovaloración de los alumnos y los resultados del test, en lo tocante a su nivel de HHSS, son mayores. Es decir, siempre que la sinceridad en la respuesta del cuestionario ha sido superior al 50%, los alumnos se consideran en posesión de un mayor nivel de hhss que el que realmente detecta el resultado obtenido en el test. Sólo en el caso del alumno/s cuyo grado de sinceridad de respuesta al cuestionario ha sido inferior al 50% , la puntuación de sus habilidades sociales obtenida del test es superior a la resultante de su propia autoevaluación.
Cierto es que la evaluación inicial de los tres únicos alumnos que forman parte de la prueba piloto no conforma una muestra representativa de la población objeto de este estudio. Ello responde a que el objeto principal del proyecto no es otro que diseñar y ofrecer una herramienta adecuada para detectar carencias en cualquier alumno/a en cuanto a hhss se refiere , con vistas a poder entrenarlas y conseguir un mayor “IPIL”(Índice de probabilidad de inserción laboral”). Quizás, en un momento posterior, si la Administración educativa y el tejido empresarial del entorno acompañan, podremos obtener conclusiones más fidedignas sobre la cuestión. En definitiva, la conclusión es clara: parece que la percepción que el alumno tiene de su nivel de hhss es significativamente superior a la que realmente posee a la luz de los resultados de los test psicométricos. Qué duda cabe que ello implica una cierta limitación en lo que atañe su futura inserción laboral, que el objetivo prioritario del proyecto (mejorar el «IPIL real») contribuirá a superar.
Estamos expectantes por conocer los resultados obtenidos en la evaluación inicial a realizar por nuestra empresa colaboradora, LEROY MERLÍN, para poder contrastar si se obtienen las mismas conclusiones que las que revelan las pruebas iniciales objeto de comentario en el presente artículo, realizadas en nuestro centro educativo.
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