Una cuestión de vital importancia a la hora de programar el entrenamiento de hhss de los alumnos, potenciales trabajadores, es identificar su perfil profesional. Dependiendo del perfil profesional para el que se esté formando curricularmente el alumno, el nivel de habilidades sociales que ha de acreditar ante la empresa puede ser diferente. Es evidente que la capacidad comunicativa, de empatía o asertividad de un operario de producción no ha de ser la misma que la de un comercial, ni la capacidad de organización de un administrativo ha de ser la misma que la de un perfil de producción.
Consecuentemente, una vez evaluadas inicialmente las habilidades sociales de nuestros alumnos, para programar su plan de entrenamiento personalizado de hhss sociales habrá que tener en cuenta el perfil profesional de cada uno de ellos, pues de ello depende el mayor o menor nivel que de cada una de las hhss ha de adquirir. Cada puesto de trabajo requiere manejar con más o menos solvencia determinadas hhss y a dicho presupuesto han de adaptarse las competencias sociales de nuestros alumnos.
Hemos considerado oportuno establecer una subdivisión genérica de tres perfiles profesionales de los alumnos de fp de cara a individualizar su tratamiento de hhss: perfil comercial, perfil administrativo y perfil de producción. Este planteamiento individualizador ha sido bien acogido por la empresa colaboradora Leroy Merlín y también ha pasado los filtros científicos del Servicio de Psicología Aplicada de la Universidad de Murcia, siendo considerado por este como “una interesante propuesta para mejorar la empleabilidad de los alumnos de Formación Profesional” (http://hhssfprm.es/las-habilidades-sociales-una-herramienta-para-la-empleabilidad/).
Precisamente bajo estos mismos parámetros están siendo entrenados actualmente nuestros tres alumnos colaboradores, cada uno de ellos en atención a su perfil profesional, pues cada uno de ellos pertenecen a un perfil profesional diferente: comercial, administrativo y productivo. En consonancia con lo anterior, cada uno de ellos ha de trabajar en mayor o menor medida determinadas habilidades sociales dependiente de dos parámetros rectores, como se ha referido más arriba: su nivel inicial de habilidades sociales y su perfil profesional.
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